
¿Quién dijo que solo se coleccionan sellos o monedas? El mundo del coleccionismo es tan amplio como la imaginación humana. Aquí tienes algunas de las colecciones más extrañas, creativas y sorprendentes que existen:
- Sobres de azúcar
¡Sí! Hay coleccionistas que reúnen miles de sobres de azúcar de bares y cafeterías de todo el mundo. Diseño, colores y origen: cada uno es único. - Pastillas de jabón
Algunas personas coleccionan jabones de hotel, perfumados, de diseño o ediciones antiguas. Y no, ¡no los usan! - Briks de leche (vacíos, claro)
Desde diseños vintage hasta ediciones especiales o extranjeras. Un cartón de leche puede ser una obra de arte… para algunos ojos. - Cargadores antiguos o descontinuados
Tecnología del pasado que ya no se fabrica. Algunos los coleccionan por nostalgia o por rareza. - Ambientadores de coche
Especialmente los famosos “arbolitos”. Los hay de mil colores, aromas y países. - Pajitas de bebida
Hay quien guarda pajitas con formas raras, logos de marcas, colores fluorescentes… o de colecciones limitadas. - Bolsas de plástico o papel
De supermercados, tiendas de ropa, mercados internacionales. Algunas son auténticos recuerdos culturales. - Insignias y chapas antiguas
Desde campañas políticas hasta promociones olvidadas. Algunas tienen un gran valor histórico.
El coleccionismo no tiene límites: todo puede tener una historia detrás. ¡Lo raro de hoy puede ser el tesoro del mañana!
